Adjuntamos Informe elaborado por Claudio Lozano junto a Tomás Raffo. El presente, en cuya elaboración participaron Ana Rameri (responsable general), Agustina Haimovich y Alejandro Joel Ventura, analiza cuantitativa y cualitativamente los resultados del balotaje.
Para Lozano, presidente del bloque Unidad Popular, “por primera vez un integrante directo del bloque empresarial dominante logra gobernar con los votos. No estamos en presencia de un gobierno conservador que accede a través de un golpe de estado, ni del impulso de políticas conservadoras por parte de gobiernos del PJ o de la UCR. En este sentido, si Scioli hubiera triunfado probablemente las concepciones que dominarían su gabinete no serían muy distintas. Pero estaríamos en presencia de una nueva mutación del Partido Justicialista. De hecho, el propio gobierno de Cristina Fernández con Axel Kiciloff en Economía, inició un camino ortodoxo cuando a comienzos del 2014 devaluó, subió las tasas de interés, permitió la aceleración de precios y la caída del salario real, puso la economía en recesión, reconoció la indemnización a REPSOL, afrontó juicios en el CIADI y asumió con punitorios incluidos la deuda con el Club de París en el intento de retornar al mercado de capitales. Fue el conflicto Griesa lo que interrumpió el viraje gubernamental a la ortodoxia abriendo una nueva etapa que es la que se transitó hasta hoy. El significado político del triunfo de Macri es muy distinto.
Estaba claro que en el nuevo contexto abierto en los últimos cuatro años de estancamiento, deterioro del empleo y de los ingresos, el FPV había perdido la hegemonía electoral y si no ganaba en primera vuelta, un balotaje lo ubicaba en inferioridad de condiciones.
Lo exiguo del triunfo, la fragilidad del Frente Cambiemos y la situación de fractura del PJ así como la incertidumbre sobre lo que con dicha estructura pueda ocurrir, abre interrogantes sobre cuál será la ingeniería en base a la cual construirá gobernabilidad el próximo gobierno.
No deja de ser singular la situación planteada. Estamos frente a una fuerza, que va a gobernar concentrando el poder político de tres Ejecutivos centrales como Nación, CABA y Provincia de Buenos Aires, y que al mismo tiempo exhibe un escaso poder legislativo, no controla ninguna otra provincia y tiene una escasa articulación con el mundo sindical.
Lo expuesto en los puntos anteriores, así como el contexto económico y social en que asume el nuevo gobierno (estancamiento, deterioro del empleo y los ingresos), indica que la “recomposición de la gobernabilidad conservadora” se inscribe en un cuadro de potencial inestabilidad. Cuadro este que seguramente deberá estar siendo considerado a la hora de definir las primeras medidas económicas del próximo gobierno”.