Informe sobre los datos laborales presentados por el Indec, elaborados por Claudio Lozano y el equipo del Instituto.
Para Lozano, “los datos presentados por el Indec no sólo no son halagüeños por lo que indican, sino porque son datos previos a la caída de la actividad económica resultante de la corrida cambiaria y financiera de abril y mayo, y de los efectos que sobre la economía en su conjunto tendrá la carta de intención firmada por el gobierno nacional con el FMI. Del material que aquí presentamos surgen las siguientes conclusiones.
Resulta sumamente preocupante que en un trimestre donde el PBI creció un 3,6%, la desocupación se ubique en el 9,1% afectando a más de 1.700.000 personas. Y, peor aún, que sea el 24,4% de la PEA (4.700.000 personas) los que busquen trabajo cotidianamente. Más preocupante todavía cuando el escenario económico abierto por la corrida cambiaria y el acuerdo con el Fondo indica que la perspectiva de la actividad económica no es la de seguir subiendo sino la de ingresar en una fase recesiva. Si la desocupación es del 9,1% con un PBI creciendo al 3,6%, ¿qué desocupación tendremos si la economía no crece?.
La dinámica del empleo durante el gobierno de Macri ha tenido hasta el momento un desempeño deficiente. El mismo se mantuvo estancado durante el período anual comprendido entre el segundo trimestre de 2016 y el segundo trimestre de 2017, la recuperación vivida en materia de empleo durante la segunda mitad del año 2017 no tuvo prácticamente efectos sobre la desocupación (en el primer trimestre de 2017 la desocupación se ubicó en el 9,2% y en el cuarto trimestre de 2017 bajó a 7,2%), y los resultados del primer trimestre de 2018 indican serias dificultades para sostener el empleo durante el curso del presente año (la tasa de desocupación volvió al 9,1%, prácticamente el mismo nivel que tenía en el primer trimestre del 2017).
Durante el período de generación de empleo (tercer y cuarto trimestre del 2017) aproximadamente ocho de cada diez ocupaciones nuevas fueron modalidades de autoempleo (cuentapropismo, monotributistas sociales), o bien trabajo asalariado no registrado. De las 666,5 mil ocupaciones generadas durante el año 2017 280 mil fueron cuentapropistas (41,2%) y 224,4 mil fueron contrataciones asalariadas informales (el 33,6%). El resto del empleo generado fue a partir del rol empleador del Estado.