Como era de esperar la tasa de desocupación superó los dos dígitos. Se ubicó en el 10,1% representando 1.961.840 desocupados, cifra ésta que implica que en un año hay 211.800 desocupados más. Pero como siempre, y dadas las características que presenta el mercado laboral argentino, al observar los denominados «ocupados demandantes», la tasa sube en un año de 15,3% a 17,5% es decir que hay una desocupación encubierta de 477.695 personas más.
En concreto, sumando la desocupación abierta y la encubierta en un año se agregaron a la búsqueda de empleo 689.495 personas más totalizando casi 5,4 millones de personas buscando trabajo. Cabe agregar que se observa que el aumento del desempleo es resultado de la destrucción de puestos de trabajo ya que lo que se expande son los desocupados de menos de un año de duración, al tiempo que explotó el subempleo que salta en un año del 9,8% al 11,8%, es decir que aumenta en 417.300 personas.
El panorama se completa con rasgos que han sido constitutivos del gobierno de Cambiemos. En un marco de estancamiento y ligero descenso de la tasa de empleo, hay un descenso de la tasa de asalarización, una caída de la tasa de empleo formal, 51.200 ocupados menos en la industria en el último año y un aumento del cuentapropismo (167.000) y de los asalariados no registrados (140.500).
Durante todo el período de Macri de cada diez puestos de trabajo generados 5 son cuentapropistas y 4 trabajadores clandestinos o no registrados.