Informe elaborado por Alejandro López Mieres, Ignacio López Mieres, y Claudio Lozano del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).
Para Lozano, no es razonable festejar cuando los acreedores y el poder económico concentrado lo hacen.
El acuerdo prácticamente no supone quita de capital y las tasas de interés comprometidas por la Argentina – si bien son inferiores a las que pagábamos – son ciertamente elevadas frente a un mundo de tasas cero.
Festejan porque el país se ha comprometido a mantener hacia el futuro un flujo permanente de intereses y asume que tendrá que recurrir al sistema financiero internacional, no para financiar su desarrollo, sino para cancelar con nueva deuda los vencimientos de un capital impagable.
Pero más allá de esta cuestión de orden estructural que sigue estando pendiente de solución, el acuerdo le otorga oxígeno financiero a la Argentina para el presente período gubernamental en lo relativo a los vencimientos de deuda en moneda extranjera con los acreedores privados.
Sin embargo, que ese oxígeno pueda ser aprovechado en función de la reactivación que el país necesita dependerá, en última instancia, del tipo de negociación que se alcance con el FMI.