Informe sobre los datos al 2do. trimestre 2020, El peor momento de la pandemia y la necesidad imperiosa de universalizar ingresos , elaborado por Claudio Lozano, Agustina Haimovich y Ana Rameri, del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP).
- Concretamente, el período que aquí se analiza contiene, por lo tanto, los meses más críticos que fueron abril y mayo, cuando la caída de la actividad tuvo una variación del orden del -26%.
No obstante, los esfuerzos fiscales realizados las cifras de pobreza y hambre dan cuenta que actualmente estamos orillando el 50% de la población por debajo de la línea de pobreza y a pesar de los refuerzos alimentarios (a través de la tarjeta Alimentar) el hambre afecta al 12%. - Es inevitable entonces concluir que, si bien la intervención del gobierno fue activa, ésta fue insuficiente. Entre las limitaciones más importantes podemos señalar el carácter bimestral que ha adquirido el IFE que se disponía en principio a ser una transferencia mensual de $10.000 pero que en la práctica transfirió a lo sumo $5.000, valor que por otra parte apena cubre una porción muy mínima de una canasta básica.
- Es preocupante que en el proyecto de ley del Presupuesto para la Administración Pública Nacional del año 2021 se asuma la detracción de los refuerzos brindados por el Covid-19. Resulta imprescindible, por lo tanto, pararse sobre la novedad que resultó ser el IFE para robustecer su alcance y mejorar la calidad de la contención social brindada por el estado.
Hoy con mayor énfasis, proponemos establecer una renta básica universal para la emergencia, y también extenderla durante la postpandemia, compuesta por un salario universal y la asignación por hijo que permita conformar un umbral de dignidad social, un piso salarial efectivo para el conjunto de los trabajadores y trabajadoras y darle impulso al mercado interno para que ponga en marcha la capacidad ociosa y reactivar la economía.