Primeras observaciones al Presupuesto 2023, elaborado por Claudio Lozano y Ana Rameri.
Conclusiones del informe:
• La presentación presupuestaria parece indicar la confianza de la conducción económica de que podrá profundizar el ajuste en este segundo semestre del 2022 para mostrar en el 2023 una importante recuperación.
• Es difícil encontrar rasgos expansivos en el presupuesto presentado que vayan en línea con dicho objetivo. Lo único expansivo es el gasto de capital que, sin embargo, ha venido exhibiendo importantes niveles de subejecución.
• Resta preguntarnos si la conducción económica está pensando en impulsar una estrategia antiinflacionaria muy potente, lo que podría convertir el recorte presupuestario que aquí describimos en un estímulo a la actividad frente a un plan que congele el sistema de precios.
• Por cierto, eso remite al punto ciego de este presupuesto. Es difícil entender la baja del IPC, del 95% al cierre del 2022 para llegar al 60% en el año 2023. Difícil también asociar los valores del PBI, que se infieren de los porcentajes que aparecen en el texto, con un escenario del 60% de inflación y un 2% de crecimiento del consumo. Tan difícil como pensar en una recuperación dinámica y un comportamiento tan lento de las importaciones ¿Habrá plan antiinflacionario en la cabeza del ministro? ¿Un plan que excede la idea vieja y superada de que la recesión es un antídoto para la inflación?
Mientras tanto, con lógicas como las que gobiernan este presupuesto, parece difícil seguir proponiéndole a la gente un mayor deterioro en sus condiciones de vida.