Los números que no mira el FMI en sus revisiones. En este documento presentamos, por un lado, una radiografía de la situación del mercado de trabajo, que amplía los resultados expuestos en informes anteriores. Por otro lado, se indaga sobre la incidencia de la pobreza y las principales estrategias de subsistencia desarrolladas por los hogares. Una breve selección de datos indica que:
• Trabajo: La presión sobre el mercado laboral, que supera a la desocupación, alcanzó al 23,1% de la PEA mientras la disponibilidad de la fuerza de trabajo fue del 28,7%. La precarización trepó al 49,2% de la fuerza laboral. Casi 8 de cada 10 trabajadores jóvenes tienen inserciones laborales precarias.
• Salarios: los ingresos laborales promedio rondaron los $64.841 mensuales. Al contrastarlos con las canastas básicas surge que el 28,3% de los/as trabajadores/as son pobres y el 4,8% son indigentes. El 40,8% de los/as trabajadores/as gana menos que el salario mínimo en su ocupación principal (el 33% en el caso de los varones y 50,8% en el caso de las mujeres).
• Política de ingresos: Una cuarta parte de la población vive en hogares que reciben transferencias del Estado dirigidas a sectores de bajos ingresos. Sin embargo, el 91% de la población pobre que recibe asistencia vive de su trabajo ya que los subsidios sólo representan el 10,6% del ingreso total familiar.