La recaudación tributaria de abril 2025 alcanzó los $13,6 billones, con un aumento real interanual del 6,3%. Si bien este número podría leerse como una recuperación, es clave ponerlo en perspectiva: la comparación parte de una base especialmente baja —abril 2024 había caído un 13% real—. En consecuencia, más que una señal de reactivación, se trata de una mejora puntual que no cambia la tendencia de fondo.
📉 Una mejora insuficiente que no revierte el deterioro
El desempeño de abril no logra compensar el retroceso previo. La recaudación real sigue 13% por debajo del nivel de enero 2024, lo que revela que, en términos estructurales, los ingresos fiscales permanecen deprimidos incluso frente al inicio de la gestión actual.
🔍 ¿Qué empuja la recaudación?
El crecimiento se sostiene en medidas que aumentaron la presión fiscal sin expandir la base productiva:
* Reinstalación del Impuesto a las Ganancias sobre salarios y jubilaciones.
* Actualizaciones en combustibles y Seguridad Social (vía topes más altos y salarios brutos).
* Aranceles a las importaciones que responden más al adelanto especulativo que a un dinamismo real del comercio.
📌 Una estructura tributaria regresiva y concentrada
Tres tributos explican el 80% de la recaudación:
IVA (34%)
Aportes a la Seguridad Social (26%)
Impuesto a las Ganancias (18%)
Esto implica que el grueso de los recursos fiscales proviene del consumo, el trabajo y las jubilaciones, sin capturar de manera significativa rentas extraordinarias ni patrimonios. Es una estructura profundamente regresiva.
🧨 Presión fiscal en caída de actividad: un sesgo que agudiza la recesión
Dado que las perspectivas para el futuro próximo de la actividad económica son negativas —por la apertura comercial, el encarecimiento del crédito y el relanzamiento del carry trade—, la recaudación tiende a autolimitarse, es decir, cae cuando más se la necesita reduciendo los márgenes de acción y la capacidad de respuesta del Estado. Lo preocupante es que este sesgo se profundiza por las metas de superávit primario acordadas con el FMI, lo que obliga a redoblar el ajuste del gasto cuando los ingresos caen, amplificando la recesión. No es sólo una estrategia impuesta: es una decisión política coherente con el ideario de Milei.
🏛️ Distribución de recursos: más ajuste, sin red federal de contención
Aunque en abril las transferencias a provincias mejoraron, lo hicieron por la reimposición de Ganancias e IVA. Pero el diseño actual no fortalece un federalismo fiscal solidario, sino que acentúa la dependencia provincial de impuestos regresivos y las expone a las oscilaciones del ciclo económico.
Además, los recursos no presupuestarios (como el ex impuesto PAIS) se desplomaron, limitando aún más los márgenes nacionales de política pública.
Informe de Recaudación Abril 2025: Rebote técnico y consolidación de un esquema tributario regresivo
La recaudación tributaria de abril 2025 alcanzó los $13,6 billones, con un aumento real interanual del 6,3%. Si bien este número podría leerse como una recuperación, es clave ponerlo en perspectiva: la comparación parte de una base especialmente baja —abril 2024 había caído un 13% real—. En consecuencia, más que una señal de reactivación, se trata de una mejora puntual que no cambia la tendencia de fondo.
📉 Una mejora insuficiente que no revierte el deterioro
El desempeño de abril no logra compensar el retroceso previo. La recaudación real sigue 13% por debajo del nivel de enero 2024, lo que revela que, en términos estructurales, los ingresos fiscales permanecen deprimidos incluso frente al inicio de la gestión actual.
🔍 ¿Qué empuja la recaudación?
El crecimiento se sostiene en medidas que aumentaron la presión fiscal sin expandir la base productiva:
* Reinstalación del Impuesto a las Ganancias sobre salarios y jubilaciones.
* Actualizaciones en combustibles y Seguridad Social (vía topes más altos y salarios brutos).
* Aranceles a las importaciones que responden más al adelanto especulativo que a un dinamismo real del comercio.
📌 Una estructura tributaria regresiva y concentrada
Tres tributos explican el 80% de la recaudación:
IVA (34%)
Aportes a la Seguridad Social (26%)
Impuesto a las Ganancias (18%)
Esto implica que el grueso de los recursos fiscales proviene del consumo, el trabajo y las jubilaciones, sin capturar de manera significativa rentas extraordinarias ni patrimonios. Es una estructura profundamente regresiva.
🧨 Presión fiscal en caída de actividad: un sesgo que agudiza la recesión
Dado que las perspectivas para el futuro próximo de la actividad económica son negativas —por la apertura comercial, el encarecimiento del crédito y el relanzamiento del carry trade—, la recaudación tiende a autolimitarse, es decir, cae cuando más se la necesita reduciendo los márgenes de acción y la capacidad de respuesta del Estado. Lo preocupante es que este sesgo se profundiza por las metas de superávit primario acordadas con el FMI, lo que obliga a redoblar el ajuste del gasto cuando los ingresos caen, amplificando la recesión. No es sólo una estrategia impuesta: es una decisión política coherente con el ideario de Milei.
🏛️ Distribución de recursos: más ajuste, sin red federal de contención
Aunque en abril las transferencias a provincias mejoraron, lo hicieron por la reimposición de Ganancias e IVA. Pero el diseño actual no fortalece un federalismo fiscal solidario, sino que acentúa la dependencia provincial de impuestos regresivos y las expone a las oscilaciones del ciclo económico.
Además, los recursos no presupuestarios (como el ex impuesto PAIS) se desplomaron, limitando aún más los márgenes nacionales de política pública.
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