Compartimos el Vol. III del Boletín Económico “De vuelta en el Fondo”, con datos completos hasta el cuarto trimestre del 2018.
Ahí se expone el logro de la gestión Macri: la depreflación: proceso singular que desafía a la teoría económica y vulnera el pensamiento ortodoxo. El proceso 2015-2018 es un proceso donde a mayor caída de la actividad, mayor es la tasa de inflación.
Se presenta también el contenido desindustrializador de la experiencia Cambiemos, la destrucción del poder adquisitivo y el uso de la capacidad instalada que sigue cayendo a niveles similares a los de la crisis del 2001-2002.
Se observa también el comportamiento declinante de la inversión y el componente creciente de las importaciones en el mismo como rasgo que agrava la desarticulación del tejido productivo.
En consonancia con esto se expone la reprimarización extrema del perfil exportador de la Argentina. Todo esto en el marco de una profunda desigualdad que se expresa en una comparación clave.
Para Lozano, “si el PBI se distribuyera equitativamente entre quienes trabajan y entre los hogares, cada trabajador debería llevarse en su bolsillo a fin de mes 69.584$ y cada hogar debería reunir 99.730$. En la práctica el ingreso promedio de quienes trabajan es de 16.940$ y el 50% gana por debajo de ese valor promedio. La brecha de desigualdad asciende a un 411%. Los hogares tienen un ingreso promedio de 32.410$ y el 50% percibe ingresos inferiores a ese nivel. La brecha con el ingreso potencial que cada hogar podría obtener asciende al 308%”.