Breves reflexiones de la Impronta y el Relato Macrista, a propósito del discurso presidencial de apertura de sesiones ordinarias.
“Si se puede, si se puede” vociferaba el coro de Diputados, Senadores y Funcionarios Macristas, luego de que el Presidente finalizara su discurso de apertura a las sesiones ordinarias del Congreso. “Si se puede” es el grito de guerra y arenga que simboliza todo lo naif y superficial de la cultura norteamericana, del que en otro tiempo no tan lejano se conocía como, el “american way of life”, que algunos creían ya perimidos, pero que en épocas de globalización mediática amenaza con extenderse a todo el globo, y que parece haberse instalado en la liturgia macrista.
“Yankes go Home” es la respuesta a la que llama el “si se puede” Macrista. Es el viejo teorema de Lacan (el emisor recibe del receptor su propio mensaje invertido). Esta forzosa respuesta alimenta una dicotomía, la que ubica en una puesta en escena sutil al “imperialismo yankee macrista” versus la “resistencia nacional y popular del Kirchnerismo”. Es una dicotomía que pretendemos denunciar como estéril, superflua y vacía. Estéril puesto que nada nuevo se va a producir de la resolución de la misma (que aparezca el Kirchnerismo derrotando al Macrismo, no es sino “otra vez sopa”); superflua, puesto que los contenidos “imperialistas y coloniales”, si bien en dosis menores y menos explícitas, no son ajenos a la experiencia reciente del Kirchnerismo, y vacía puesto que ni en Cambiemos ni en su oposición Kirchnerista pueden observarse criterios sólidos de jerarquización de lo popular en sus propuestas.
Sin embargo no por estéril, superflua y vacía la dicotomía se presenta como ineficaz. Todo lo contrario, presenta una elevada eficacia para ubicar dos antagonismos que garantizan, con variantes por supuesto, la vigencia de la dominación política de las élites por sobre los sectores populares. Por esta razón, y habiéndole dedicado el tiempo, el pensamiento, y la tarea interpretativa a desmontar en su momento el “discurso K”, corresponde ahora dedicarnos al “relato Macrista”.