Una reforma con vocación deficitaria y a medida de la clase dominante, elaborado por el equipo del Instituto, coordinado por Claudio Lozano y Tomás Raffo.
Para Lozano, “en la propuesta de Reforma Tributaria planteada por el gobierno macrista termina de quedar claro que la idea de eliminar el déficit fiscal es un eufemismo que oculta la verdadera intención oficial: maximizar la rentabilidad empresarial a como dé lugar.
El gobierno plantea que de aquí a cinco años está dispuesto a resignar recaudación del Estado Nacional, del Sistema Previsional y propone el mismo objetivo para los Estados Provinciales.
En un plazo de cinco años el objetivo oficial consiste en resignar 434.000 millones de pesos de la recaudación actual. Cifra resultante de una pérdida de 200.000 millones por reducción de contribuciones patronales, 75.000 millones como consecuencia de poner la recaudación del impuesto al cheque a cuenta del impuesto a las ganancias, y 159.000 millones que perderían las provincias por la baja en las alícuotas de ingresos brutos.
Pese a que el argumento oficial pretende decir que la reducción de las contribuciones patronales se compensarán con la creación de empleo genuino, la evaluación de lo que ocurriría con la Argentina creciendo a las tasas que proyecta el propio oficialismo (3,5% anual) dada la actual capacidad de generación de empleo, indica que sólo se recuperaría el 1,1% de la recaudación perdida.
Para volver a recaudar lo perdido en materia de recaudación previsional, la economía argentina debería crecer entre un 29 % y un 39% anual. Asimismo, el argumento oficial que señala que la desgravación en ganancias e ingresos brutos inducirá crecimiento y por tanto compensará lo perdido, pasa por alto que se necesitarían tasas cercanas al 20% anual para recuperar por crecimiento la recaudación perdida en ambos impuestos. El futuro argentino debería exhibir tasas jamás vistas en la economía mundial y que duplican o triplican el crecimiento chino para hacer verdad el discurso oficial de que con el crecimiento se compensará el costo fiscal de la reforma.
La Reforma del oficialismo no termina con los problemas que tiene el régimen tributario argentino: mantiene y profundiza la inequidad en la carga tributaria eludiendo cualquier estrategia seria de gravar la riqueza y los altos ingresos, al tiempo que sigue castigando más los ingresos procedentes de la producción y el trabajo que los resultantes de la actividad financiera. Pero además, la reforma tributaria amplía el déficit fiscal justificando así la estrategia del ajuste permanente sobre las condiciones es de vida de la población, al tiempo que induce un aumento exponencial del endeudamiento externo».