Balance cambiario en la era Macri

Análisis sobre el Balance Cambiario en la era Macri, elaborado por Alejandro López Mieres y Claudio Lozano.

El material que presentamos muestra la evolución del balance cambiario desde enero de 2016 hasta agosto de este año y , traza una segmentación entre el período previo al acuerdo con el FMI y el período posterior que vía ajuste, llevó a 5,2 millones de argentinos a la pobreza y al hambre a 1,6 millones de personas.

Para Lozano, “desde Abril del 2018, momento en que comienzan las negociaciones que culminan en la firma del acuerdo con el FMI de junio de ese mismo año, los indicadores sociales, laborales y productivos han seguido un derrotero consistente con una verdadera catástrofe social. Desde comienzos del 2018 y en un contexto mundial desfavorable -potencial aumento de la tasa de interés, guerra comercial, Brexit, tendencias relocalizadoras de la producción a los centros con reflujo de capitales incluido-, el mundo le baja el pulgar a una Argentina que en dos años se endeudó a tasas insostenibles en el tiempo llegando a tener un 5% de déficit de cuenta corriente del balance de pagos. La imposibilidad de afrontar esas deudas –dado que se mantuvieron las políticas desreguladoras y liberalizadoras de corte macrista– llevó a la firma de un acuerdo con el FMI destructivo para el país y para su gente, hipotecando también su futuro. La excusa para la firma de un acuerdo que implicaba un ajuste fiscal monstruoso era la falta de U$S para pagar los compromisos de deuda asumidos. Había entonces que bajar jubilaciones, salarios, gastos de capital y eliminar funciones básicas del Estado para así pagar las mismas deudas contraídas por este mismo gobierno.

Hoy el panorama social es terrible, pero lo NO dicho es que el ajuste buscado, el del sector externo, ha sido el ÉXITO del ajuste y su verdadero sentido.

Argentina podría, tomando medidas respecto a los mecanismos de liquidación de sus exportaciones que permitan controlar la oferta de divisas, investigando la deuda pública y reconfigurando aquella que sea legítima, e impidiendo la fuga y acopio especulativo de divisas con controles inteligentes, disponer de los dólares que permitan -vía un shock de ingresos populares- financiar el aumento de las importaciones necesarias para lograr una recomposición de la producción vinculada a una nueva matriz de consumo. Una Argentina paralizada, con un saldo comercial disponible abultado y con una elevada capacidad ociosa, está en condiciones de ponerse en marcha”.