Informe: Estancamiento del empleo, efecto desaliento y menor ocupación en el sector privado, los tres rasgos del mercado laboral durante el 2do trimestre».
Para Lozano, «Los resultados del mercado laboral al segundo trimestre de este año dan cuenta de un estancamiento del nivel de empleo. La tasa pasa del 41,6% durante el primer trimestre al 41,5%, describiendo incluso una leve caída».
«Lo singular de este trimestre vuelve a ser la caída de la tasa de actividad en 0,4 p.p., comportamiento esperable en un contexto de retroceso de la actividad económica. El efecto desaliento o refugio en la inactividad coloca a la tasa de actividad del mercado de trabajo en el 45,9% conforme a la salida de más de 123 mil personas, que ante la parálisis del empleo decidieron postergar la búsqueda de empleo.
La tasa de desocupación cae del 10,2% al 9,6% pero la caída en la cantidad de desocupados prácticamente coincide con la cantidad de personas que pasan a la inactividad. Por lo tanto, podemos afirmar que durante este trimestre el indicador de la desocupación cae simplemente porque las personas que carecen de un empleo dejan de buscar activamente uno en el mercado laboral ante la falta de expectativas de encontrarlo.
Si sostenemos constante la tasa de actividad del 47,1% del primer trimestre 2020 (previo al inicio a la pandemia) la tasa de desocupación sería del 11,9% y la cantidad de desocupados de 2.373.269. Es decir, si despejamos el efecto desaliento que opera hace más de un año tendríamos medio millón más de desocupados que los que indican los resultados.
No obstante, la caída del cuentapropismo en el trimestre, el volumen del autoempleo continúa hoy por encima de los niveles previos a la pandemia mayormente explicado por el despliegue de estrategias de supervivencia. Por su parte, la mayor incidencia que actualmente se verifica en las inserciones asalariadas formales corresponde a la actuación del Estado como empleador y la retirada del sector privado. Los resultados de la EPH son elocuentes: desde que inició la pandemia se perdieron 555.256 ocupaciones del sector privado y el sector estatal se amplió en un 463.178. En porcentajes esto implica una pérdida de incidencia de las empresas en la generación de empleo casi de 3 p.p. (pasaron de explicar el 80,9% del empleo al 78,1%).
Lo anterior confirma las sospechas sobre la escasa capacidad del sector privado de dar respuestas satisfactorias en la generación de empleo en el marco de una economía que no logra sostener una recuperación económica. La postergación de medidas tendientes a garantizar ingresos, controlar efectivamente los precios y priorizar la recuperación del consumo popular, pone en peligro el contenido distributivo el crecimiento económico afectando especialmente a la generación de empleo. La informalidad laboral, la changa de subsistencia y la desocupación continúan siendo la triste realidad laboral de la mayoría.