Adjuntamos el Informe sobre «Corrupción y Política, basta de mirar para otro lado”; elaborado por Claudio Lozano junto a Jaime Farji. Luego de caracterizar el contexto general del país y de la región, las modalidades del financiamiento de la actividad política, el auge y declive de los gobiernos progresistas de América Latina, las limitaciones políticas y la pérdida de la confianza popular, la ofensiva de la nueva derecha latinoamericana, la deserción de los intelectuales, corrupción y política, capitalismo y democracia, Lozano sostiene que, “no hay reforma política posible sin discutir en profundidad el financiamiento de las campañas y de la actividad política. Asombra que en el marco de una Argentina en ebullición judicial por casos de corrupción, la reforma política propuesta por el gobierno no haya incluido capítulo alguno sobre este tema. Es más, el reemplazo de la boleta en papel por la boleta electrónica lleva implícita una reducción en el financiamiento de la actividad política».
«Desde nuestro punto de vista, en el marco de la corrupción conviven la venalidad de los funcionarios, la vigencia de sobreprecios en el marco de mercados “cartelizados” asociados a la obra pública, y el problema del financiamiento ilegal de la política. La “venalidad” de los funcionarios requiere discutir en profundidad los mecanismos que permitan democratizar el aparato estatal. Sólo en la apropiación social del Estado y sus funciones por parte de la comunidad interviniendo y decidiendo orgánicamente, es que se puede limitar la venalidad individual de un funcionario. La vigencia de sobreprecios exige intervenir y regular los distintos mercados asociados al gasto estatal, y el financiamiento ilegal de la política supone establecer criterios que de una vez por todas coloquen a la actividad política y a la propaganda política como un bien público y no como una mercancía. Esto implica discutir el financiamiento estatal, el carácter millonario de las campañas y el papel de los medios masivos de comunicación en ellas. Asombra que en un contexto donde muchos dirigentes políticos hacen de la corrupción y su denuncia una clave de su accionar, ninguna de estas cuestiones ocupen lugar en la agenda pública. Ni la democratización del Estado, ni los sobreprecios de los proveedores del Estado, ni el financiamiento de la política están hoy en discusión”.