Elaborado por Claudio Lozano y Gustavo Lahoud.
Del informe se desprende que:
• Es importante asegurar la mayor disponibilidad propia de energéticos por el mayor tiempo posible.
• Este escenario impone la prioridad de discutir más integralmente la problemática de los costos de producción, de los subsidios y de toda la operatoria del sector.
• La consolidación de YPF como auténtica empresa testigo en el sistema energético requiere una reformulación integral de su estrategia productiva.
• El Estado debe garantizar la viabilidad de aquellas inversiones necesarias para la optimización del funcionamiento del subsector eléctrico y para el aumento de la capacidad de transporte de nuestros sistemas de gasoductos.
• Es fundamental encarar una planificación consciente de una nueva estrategia de complementación e integración regional energética sudamericana, con eje en Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
• Poner en escena el debate público permanente sobre el sistema energético, haciendo foco en su creciente disfuncionalidad y deterioro que son hijos de la ausencia de planificación estratégica y de la acentuación de un esquema basado en la dolarización y la fragmentación sectorial.
• Dar cuenta que la confiabilidad y la estabilidad en la operación técnica del subsector eléctrico, supone reconocer algunos aspectos relevantes. Por un lado, las fuentes hidroeléctrica y nuclear tienen asegurada una alta disponibilidad en materia de potencia y energía. Por el otro, en lo que respecta al parque térmico, es prioritario asegurar paulatina incorporación de máquinas de ciclo combinado que utilizan mayormente gas natural para lograr mayor eficiencia y menos emisiones. Asimismo, es importante trabajar en la reducción sistemática de la pérdida de energía en los procesos de transmisión, al tiempo que es prioritario ampliar la capacidad de transporte de todo el sistema. En lo que respecta a las fuentes renovables, debe tenerse en cuenta que el fenómeno de la intermitencia y la imposibilidad de acumulación masiva en el actual estadio de los procesos de generación, transporte y distribución, advierten sobre la necesidad de incorporar paulatinamente nueva oferta eólica, solar fotovoltaica y otras, planificando con anticipación la adecuada gestión integral de la red.
No existe posibilidad de discutir seriamente el panorama, si no se establece un vínculo entre cambio del modelo productivo y pautas de producción y consumo de energía, que deben converger hacia escenarios que aseguren la reproducción económica y social de los tejidos territoriales y la internalización de dimensiones socioambientales en la generación de proyectos.