Informe sobre política salarial y de haberes a tres meses del gobierno de Milei. Se presenta la evolución de referencias salariales y de ingresos en las cuales el Gobierno Nacional interviene directamente como lo es el salario mínimo a través de su intermediación en el Consejo del Salario, el salario estatal como empleador vía la paritaria del sector y el haber jubilatorio en su calidad de garante de los derechos del sistema previsional.
Para Lozano, “luego del ‘caputazo’ que devaluó fuertemente el peso junto con la política de ajuste fiscal y desregulación, las principales referencias salariales que son responsabilidad directa del Poder Ejecutivo Nacional se vieron fuertemente deterioradas:
El salario mínimo llega al mes previo a la actualización con una caída real del 29,4% respecto a noviembre del año pasado. El primer tramo de aumento decretado para febrero ni siquiera atenúa ese deterioro y encuentra un nuevo escalón en el descenso del nivel real del 30,1%. En términos de poder adquisitivo, el impacto real de bolsillo, la pérdida acumulada en los primeros meses del nuevo gobierno es del 40,2%, magnitud de atraso que se sostiene (en -40,6%) a pesar de efectivizarse durante los primeros días de marzo el aumento estipulado para febrero. Se pone de manifiesto que las sumas estipuladas para la actualización de la referencia mínima del salario en la Argentina son aquellas que le permite al Gobierno sostener el efecto regresivo salarial con el cual comenzó su gestión.
El acuerdo general del salario de los/as trabajadores/as del Estado Nacional, sin adentrarnos en las negociaciones sectoriales, acordó hasta el momento aumentos para enero y recientemente para el mes de febrero. La lectura de los valores reales indica que el mes previo a la última actualización, el salario estatal estaba por debajo del valor de noviembre en un 16,5% profundizando aún más la caída luego del nuevo arreglo que ubicó el salario real un 20,7% por debajo del valor existe al comienzo del gobierno de LLA. En términos del impacto en el bolsillo el deterioro es aún más relevante. Considerando que el aumento recientemente pautado del 12% en febrero, se hará efectivo los primeros días de marzo y con ello deberán enfrentar una inflación que para ese mes se proyecta en el 16,2%, el resultado sería que el 31/3, los estatales profundicen el deterioro de finales de febrero hasta llegar a perder un cuarto de sus ingresos.
Los haberes jubilatorios llegan al mes de febrero con un deterioro de entre el 27,6% y 32,3% (con y sin bono)*, que será levemente mejorado a partir de marzo con la actualización. Sin revertir la situación, el aumento aliviana aunque continúa evidenciando un proceso de aceleración del ajuste para los/as jubilados/as. Al mes de marzo las jubilaciones serán todavía inferiores entre un 21% y 26% a las existentes al momento de comenzar la actual administración de gobierno. Sin embargo, lo recientemente anunciado será la liquidación de marzo que se cobrará en abril con lo cual en realidad los adultos mayores deberán enfrentar la inflación de marzo todavía con el haber anterior. Por esta razón, los titulares de las jubilaciones llegarán a fin de este mes con un retraso de entre el 27,7% (con bono) y el 32,3% (sin bono) que se verá apaciguado recién en abril. En marzo, aún con los haberes anteriores pero soportando la evolución de precios que se estima en un 16,2% (proyección moderada), el deterioro se agrava y llega a ser de entre 37,8% (con bono) y el 41,7% (sin bono, o sea el nivel general de haberes).